martes, 21 de enero de 2014

Entre nieve, nabos y cascadas

    Este pasado domingo pude disfrutar de un día inesperado, y digo inesperado por que aunque en ocasiones se planean los viajes después resulta que la vida te da sorpresas, y en esta ocasión fue una muy grata sorpresa, y no es que no disfrute con las salidas con Afea, todo lo contrario, sino que no pensaba que en un mismo día iban a salir las cosas tan bien y tan bien aprovechada la jornada.

    Después de un sábado de incertidumbres por cuestiones meteorológicas, consultando entre todos páginas web de la dgt, del tiempo, recabando información por twitter, facebook, por compañeros, dándole una buena tralla al whatssapp... después de todas esas dudas de como estaría el lugar que íbamos a visitar y las carreteras de acceso, por fin decidimos aventurarnos y el tiempo desde primeras horas de la mañana acompañó muy amablemente. 

    El destino era Piornal y la archiconocida para muchos fiesta del Jarramplas. Personalmente había oído hablar de ella muchas veces pero no había prestado demasiado interés hasta este pasado fin de semana. Y he de decir que hasta que no vives de cerca una fiesta de este tipo no la valoras lo suficiente. Me encantó descubrir al personaje y sobre todo me encantó la coincidencia del clima atmosférico en el que se dio, pues los que vemos muy escasamente la nieve estamos deseando encontrarnos con lugares así.


    Fue pasar Plasencia y no tardamos mucho en ver desde la carretera lo alto de las sierras que conforman el Valle nevadas, lo que nos confirmaba que cuando llegásemos a Valdastillas o proximidades de Piornal nos íbamos a encontrar con abundante nieve. Y efectivamente a un par de kilómetros del pueblo empezamos a encontrar nieve sobre la carretera y cruzarnos con coches que venían cubiertos por una capa considerable de ella. 

    Es increíble como algo tan común (incluso molesto) para algunos puede llegar a causarnos tanta alegría a otros, precisamente por que es tan escaso en la zona donde vivimos. Desde pequeño siempre he asimilado la nieve con algo bueno y divertido, y quizás por ello cuando la pisas sientes esa sensación que te transporta de nuevo a la infancia.

    Aparcamos los coches con mucho cuidado junto a la carretera que hay a la entrada de Piornal a la derecha, y bien abrigados y con toda la ilusión que provoca un paisaje nevado bajamos y sacamos las cámaras para inmortalizar el momento. Los árboles, las paredes de piedra, los tejados... cualquier paisaje que a simple vista no llamaría demasiado la atención, con una buena capa blanca cubriéndoles, dándoles ese contraste de tonos y ese brillo que imprimen los rayos del sol asomando entre las nubes lo convertían en algo precioso, una autentica estampa navideña e invernal.


    Como llegábamos con el tiempo justo echamos un par de fotos por el parque más próximo y nos fuimos a buscar al Jarramplas para ver el verdadero espectáculo del lanzamiento de nabos sobre el tamborilero. 

    No fue complicado saber donde estaría por que todo el mundo iba en esa dirección, así es que llegamos a la plazoleta del  Hogar de Pensionistas junto a la pequeña plaza de toros y allí todo el mundo esperaba su salida con un nabo o dos en la mano, otros enredando con la nieve y otros tantos con cámaras de foto o vídeo para poder grabar al peculiar hombre de las tiras de colores.
    No tardó en salir del lugar y la gente se arremolinaba unos alrededor de él lanzandole con toda su fuerza una buena lluvia de nabos que aparecían casi de cualquier lado y otros huyendo velozmente de posibles impactos.



    Cruzó un par de calles con un montón de gente a su alrededor y tocando el tamboril se paraba en ciertos lugares donde hacía como una especie de ritual desafiante y en los que la gente, principalmente los chavales del pueblo aprovechaban para descargar su rabia contra él mediante el lanzamiento de nabos que cogían de montoncitos que había en el suelo bien ya preparados o bien de rebote de otros que no lo habían destrozado en su anterior lanzamiento.


    No se sabe con certeza el origen de la figura del Jarramplas pero una de las teorías más populares o más simple dice que era un ladrón de ganado al cual como castigo se le perseguía sometiéndolo a las burlas de los convecinos mediante el lanzamiento de hortalizas y verduras. Hace tiempo se le lanzaba patatas pero hoy día se usan nabos.



    Fue gracioso ver a los chavales del pueblo montados en un dumper cargado de nabos para repartir y usar contra Jarramplas lo que daba idea de las características del material del que está hecho el traje del popular personaje y de las protecciones que llevan en su interior para poder soportar esa furia de proyectiles naturales.


    Lo que llama verdaderamente la atención de su traje además de todas esas tiras de colores es su característico gorro en forma cónica con dos cuernos laterales y una nariz pronunciada, el cual va bien sujeto al resto del traje y del cuerpo por medio de unas cinchas azules pues es una de las partes más susceptible de caerse debido a los impactos de nabos y dejar huecos de acceso al interior.


    Realmente es digno de pararse a ver con detalle las fotografías tomadas pues las expresiones de la gente lo dicen todo. Las caras de los que observan, de los que fotografían para guardar un recuerdo o compartirlo como es mi caso y de los que actúan liberando su ira (aunque sea de forma jocosa) contra esta figura entre mitológica y humana.


    Pero Jarramplas hace gala de su fortaleza y burla reciproca contra sus convecinos soportando todos esos proyectiles de nabos y al mismo tiempo tocando el tamboril y saludando como en una función.



    Pero el viaje era desde lejos y queríamos aprovechar la visita a la zona para hacer más actividades y disfrutar del día en grupo.
    Nos tomamos un cafecito calentito después de un par de fotos en la Plaza de las Eras donde está situada una bonita fuente que lucía genial entre todo ese manto blanco del suelo y los árboles.


    En ciertos momentos te parabas y parecía como si estuvieses viendo una película del pasado. La magia de la nieve... 


    Camino a la cafetería era imposible no pararse a contemplar esos enormes arboles sin hojas pero cubiertos de esa capa blanca de nieve sobre un cielo oscuro de fondo que aguantó sin descargar lluvia y que nos permitió disfrutar más si cabe de esta fiesta de interés turístico regional.


    Y claro está Pilar, una de las compañeras de AFEA, aprovechó para sacar a pasear a algunos de sus personajes favoritos. Esta vez le tocó, entre otros, al Yeti :)


    Nos dimos un paseito breve por el pueblo entre bromas y fotos y nos dirigimos a la cascada del Caozo, cerca de Valdastillas.



    Y bueno aquí ya no os quiero aburrir más por que ya sabéis, un entorno precioso entre naturaleza y cascadas de agua y apasionados a la fotografía de por medio: poner trípode aquí, allá, los que pueden colocan filtros para larga exposición, risas, bromas... lo que se dice aprovechar el encanto del entorno de forma individual y a la vez en grupo. Cada uno con sus puntos de vista particulares por que cada uno somos diferentes.



    Y por que cada trocito de naturaleza merecía la pena pararse a contemplarla y disfrutar, sobretodo en un invierno tan lluvioso.


    Y si el tiempo nos hubiese dejado, osea, si hubiésemos ido por todo el fin de semana, hubiésemos exprimido la zona y toda la riqueza que este Valle extremeño tiene para poder disfrutar tanto en invierno como en verano.


    Después de visitar la Cascada de Caozo tocaba irse a comer. Aprovechamos para hacerlo en Navaconcejo y al mismo tiempo disfrutar también de otra garganta que era casi tan bonita o más que esta del Caozo, la de las Nogaledas.


    He de decir que las fotos de las gargantas están hechas todas a pulso, a lo sumo apoyándome en algún árbol o piedra del entorno, por supuesto con diafragmas cerrados y velocidades lo más cortas posibles. Y es que no llevé ni filtros ni iba con idea de hacer efecto seda en corrientes de agua por lo que le dejé mi trípode a un compañero. Eso lo dejaré para otra escapada más tranquilamente.

    Pero igualmente disfruté con los compañeros no solo de la fotografía sino por supuesto del entorno, de las bromas y risas y de todo un buen día de compañía agradable, por que hasta el momento, cada salida es un rato asegurado de diversión y aprendizaje.

    Sin dudarlo mereció la pena el domingo y espero que podamos repetir momentos así y más fiestas parecidas.

Y sobre todo espero poder seguir contándooslo.

   Por que puede ser que la próxima experiencia que me leáis vaya también sobre ruedas, más concretamente sobre cuatro ruedas y motores que al rugir hacen ponerte los pelos de punta. 




Feliz semana y seguid disfrutando de este mes de enero.


2 comentarios:

  1. Como se nota la mejora de cámara, vaya pedazo de fotos que has conseguido, me encantan todas; y que decir de la narración, tampoco tiene desperdicio. Enhorabuena y que sigamos disfrutando de momentos así, esta genial. Ah y ya tienes un seguidor más.

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  2. Muchas gracias Javi. Lo importante fue sobre todo la compañía, pasamos un rato muy agradable y con ganas de repetir cuanto antes. Gracias por comentar.

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