domingo, 29 de diciembre de 2013

El Rugidero

    
    En una de mis continuas salidas con compañeros de AFEA (Asociación Fotográfica Emérita Augusta) descubrí la semana pasada un lugar del cual había escuchado hablar en múltiples ocasiones desde que llevo aquí en Mérida viviendo, pero que nunca me había lanzado a visitar, el Berrocal del Rugidero. 
    Se trata de un enclave geológico de gran interés para los aficionados a esta ciencia y la verdad que resultó curioso y atractivo para los que no tenemos tantos conocimientos sobre ello. 



    Se trata básicamente de un paisaje granítico modelado por el curso del río en el que la erosión del agua y los elementos que arrastra (como pueden ser otros cantos rodados) produce unas formas muy curiosas sobre las rocas mayores.



    Como podéis apreciar en las fotos se forman unos túneles o conductos que invitan a colarse entre ellos para apreciarlos con más detalle, incluso me recordó a mi niñez cuando jugaba con amigos allí en mi pueblo también saltando entre las rocas y colándonos por pasadizos... vamos nada que ver con lo que hoy se suelen divertir los chavales, pero cada época y cada persona tiene su singularidad y hay que saber apreciarla.



    Por un momento disfruté como un niño encerrado en esa especie de cueva que formaban las erosiones en la roca. Con una mezcla de temor (reconozco que se me pasó por la cabeza el que se pudiese desprender alguna o algo similar, el miedo es libre como dicen) y al mismo tiempo de aventura al poder explorar un lugar en el que es necesario acceder a través de unas rocas que rodean al rió agarrado a una cuerda que va anclada en un lateral de las mismas y para colmo cargado con la mochila con el material fotográfico que solemos alternar en nuestras salidas de AFEA. Pero mereció la pena el paseo (siempre es placentero salir con los compañeros de la Asociación) para llegar hasta allí, más aún en vísperas de Navidad.



    Desde aquí os invito a que saquéis un rato libre algún día de vuestras escapadas para acercaros a visitarlo y por supuesto sino lo conocéis, como no, pasar el resto del día visitando el Parque Natural de Cornalvo en el que solo llegar a esa zona ya te sentirás como toda las tensiones de la vida cotidiana que hayas podido acumular se te descargan y puedes disfrutar de la naturalidad y la belleza de un lugar puramente extremeño y lleno de vida.

    Sin lugar a dudas mereció una vez más la pena la escapada con los compañeros de AFEA a un lugar tan próximo y que seguro vuelvo a repetir en cualquier momento, por que este año que entra tiene que venir cargado de lugares estupendos que visitar y momentos fotográficos que disfrutar nuevamente. 

    Gracias a todos los que lo hacéis posible...  y por supuesto desearos una feliz entrada de año a todos los que estáis leyendo este blog y a la buena gente que me arropa.




Felices fiestas. Un abrazo.

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